A mi abuelo Baldomero.
Memoria histórica, bonitas palabras, ¿verdad? La memoria histórica está dentro de cada uno de nosotros. Cada uno lleva su dolor, su memoria, y su historia, de la mejor forma que sabe, y si de algo no saben las leyes, es de dolor.
Unos muertos no pueden doler más que otros, la Guerra Civil fue una lucha de hermanos contra hermanos, un sinsentido. Incluso había quien luchaba simplemente porque se lo imponían, aunque yo creo que esos eran la mayoría y todo una vez más, por ansias de poder, y quítate tú, que me pongo yo.
Esta historia, es la historia de mi familia, y aunque esta no pertenezca a la ley de memoria histórica, si pertenece, a la memoria y a la historia de muchas personas.
Mi abuelo, Baldomero, era un hombre feliz, padre de dos niñas pequeñas, una de cuatro años, y una de dos, y casado con mi abuela, Isabel, los cuales habían vivido una historia de amor diferente a las normales, de esas que ves en las películas y no parecen ciertas, pero eso, es otra historia.
El delito que cometió mi abuelo, fue decir alto y claro, que él no iba a participar en una guerra que no tenía ningún sentido, en una guerra en la que iban a morir millones de inocentes, y él no iba a ser uno de esos verdugos, aunque quien iba a decir que si sería una de sus víctimas.
Él recolectaba cosas que cultivaba, las empaquetaba, cogía su caballo, o mula, no recuerdo bien, y su carro, y se iba a Murcia a cambiarlas por cosas que su familia necesitaba, lo que llamaban trueque.
Un día, como otros muchos, se disponía a salir, y mi madre, una niña de cuatro años que adoraba a su padre, como muchas de nosotras o nuestras hijas, se subió al carro con su padre, para acompañarlo hasta donde terminaba el camino de entrada a su humilde casa, para como cada vez, darle un beso. Su padre la bajaba del carro, y le decía adiós hasta que la perdía de vista, sólo que esta vez sería la última, porqué además, su cuerpo nunca regresó.
A esas dos pequeñas, siempre se les dijo, que su padre había muerto de un dolor "miserere" (lo que conocemos por peritonitis), y que como estaban en guerra, el cuerpo se había perdido. Cuando ellas crecieron y tuvieron hijos, la historia era la misma, hasta que un día, yo, que a pesar de no conocerlo, siempre lo he tenido muy presente, me entero por casualidad, que mi abuelo, no había muerto así, sino que había sido asesinado. ¡Imaginaos mi cara! ¿Cómo le decía yo eso a mí madre y mi tía sin pruebas?, pues manos a la obra, a investigar.
Después de muchas llamadas, nervios, hablar con gente que si conocía la historia, pero que nunca habían hablado de ello por qué les causaba demasiado dolor, y gente que sin conocerme de nada, se volcó en ayudarme, recibo una llamada que cambiaría mi vida: he encontrado a tu abuelo.
No pude hablarle en un rato, por qué comencé a llorar. No sé cómo explicar ese sentimiento por alguien, que sólo conoces en foto. Esa llamada, venía del Archivo Histórico de Murcia, allí estaba el nombre y apellidos de mi abuelo, y su "parte médico", y con eso, llame al cementerio Nuestro Padre Jesús, y me dieron exactamente dónde estaba enterrado mi abuelo. Por desgracia, ya no se puede recuperar su cuerpo para poder enterrarlo en el pueblo que le vio nacer y que él quiso tanto.
Y de "dolor miserere", nada de nada, tremenda paliza que le dieron, que le costó la vida, a sus 33 años, por orden de un superior del bando "rojo", y esto lo sé, no por los papeles, sino por esa gente con la que hablé y rompieron su silencio, según algunos de ellos, por qué les pesaba demasiado esa carga, y afortunadamente por fin podían contarlo a un familiar, y eso, junto con ese informe médico, corroboraban la historia.
Después de sesenta y cinco años, pude sentar a esas dos niñas, por qué en ese momento es en lo que se convirtieron, para decirles la verdad de lo ocurrido a su padre. ¿De verdad ese dolor es distinto al de las demás víctimas? ¿De verdad mi abuelo no merece volver a casa? ¿Es diferente su sangre a la de los demás?
Lo que sí tiene claro toda mi familia, es que los culpables de ese asesinato, ya están muertos, y la historia enterrada. Aunque para nosotros el dolor está ahí, la vida sigue, y toda esa sin razón, no debe ser utilizada para sembrar el odio en la España actual.
Nunca hemos juzgado a nadie por su forma de ser o pensar, tenemos amigos de todas las tendencias políticas, e incluso familia. Afortunadamente, estamos en un país libre, bastante sangre se derramó ya, de uno y otro bando.
Y las víctimas, son todas, "rojas y azules". Todas merecen el mismo respeto, al igual que los hijos de puta, fuesen del bando que fuesen, merecen toda la repulsa.
No hay diferencias entre los muertos, las diferencias las buscamos los vivos.
Mañana, más y mejor.
¡¡¡Mi linda Ana...he leído la historia de tu abuelo...tú historia...ya que son tus genes y ya ves que yo digo que nadie debe ser ajeno a nadie...que incluso en nuestros orígenes muy...pero que muy ancestrales puede hay convergencia del ADN...mucho más cuando se trata de tus ascendentes y descendentes más directos...Y es conmovedor como te interesaste por lo que desencadenó la muerte de tu abuelo...que a la postre fue muy doloroso saberlo...porque si malo es que se mueran de muerte natural o accidente...mucho más doloroso es que sepas que fue asesinado en los entramados de una guerra que no tuvo para nada sentido y que ha dejado una huella inquebrantable...porque separó y sigue separando en algunos casos familias...amig@s...paisanos...y diferenciando la franja social en azules y rojos...
ResponderEliminarEn mi caso fue al revés...afortunadamente a mi abuel@s los pude conocer...a mi abuelo lo tuve hasta los cinco años y murió de muerte natural...y mi linda abuelita me crió y si me apuras hasta conoció a mi primer bebé...murió de muy mayor con 97 años...y todo ese tiempo pude trasladarme a aquellos tiempos porque ella me contaba cosas de su pasado con una descripción tal que creía estar en el lugar de los hechos.
Me contó que gracias a que mi abuelo trabajó en casa de "señorit@s andaluces"...la mayoría venidos del norte de España...fueron protegid@s...eso sí viviendo como esclavos...pero al estar en sus terrenos había suficiente protección...pues el terrateniente tenía supuestamente a mi abuelo otros armados...encañonando escopetas por si se acercaban los..."rojos"...pero un día mi abuelo vio como a dos de sus hermanas del proletariado las sacaron de sus casas y en medio de la plaza las pelaron al cero...y las hicieron dar vueltas atadas de las manos tiradas por un jinete a caballo...hasta que sus cuerpos cayeran al suelo y estos se desollaran con los adoquines del asfalto...murieron desangradas con un dolor irresistible y mi abuelo sin poder hacer nada...El señor por no llamarle cafre...era Felix Moreno...un ser maléfico de los llamados "azules"...condecorado por altas instancias del momento...Y entonces mi abuelo que nunca se había reivincado prefirió perder el puesto de trabajo y con su mujer y seis niñ@s entre ell@s mimá de 3 años...salió de aquella finca para pasar hambre y miserias...pero se hizo el firme propósito de no servirle nunca más aun "señorito"...lo tuvieron preso...lo apalearon...porque el tal Felix no quiso admitir que uno de sus hombres se revelara...afortunadamente vino una orden de otro terrateniente...el Marqués de Casamendaro donde también mi abuelo estuvo trabajando... para que lo dejaran en libertad...poco después acabó la guerra...mi abuelo murió con 65 años de una neumonía severa del frío que pasó en esas celdas y las palizas que le dieron...Y aún así mi abuelita siempre me dijo...que fue producto de una guerra...de una guerra sin sentido que separó a mucha gente...pero que nosotr@s estamos capacitados para haber aprendido de esta que ante todo somos seres humanos con mismos sentimientos de amor de pérdidas...y que nos dejemos de estar en ningún bando que eso es lo que quieren los poderes (divide y vencerás)...jajaja...Y siempre nos educó en la fraternidad...en la lealtad y el amor por los demás...La historia de nuestros abuelos pueden servirnos de dos maneras...marcándonos para siempre con el resentimiento lo que nos haría diferenciar más los bandos...o entender que nosotras no elegimos ningún bando...solo queremos lo justo y lo que tenga más sentido en nuestras vidas y las vidas de l@s demás...Eso es de ser inteligentes...jajaja...Te quiero chorroooo....un abrazo de energía que te daré en cuanto que te vea...besicos de Pastori!!!
¡Qué triste historia la de tu abuelo! Te honra haber investigado para dar luz y dignificar la historia de tu antepasado. Y pensar que algunos quieren resucitar ese odio absurdo entre españoles...
ResponderEliminarYo también tengo un tío abuelo de las pedanías de murcia obligado a ir al frente rojo por un chivatazo de alguien del pueblo , y desparecido en Francia,,,una pena que solo hablen de las víctimas “rojas”
ResponderEliminarPara nada es distinta la sangre derramada, mi abuelo fue fusilafo poros fascistas y todos tienen derecho ho a ser recordados y sobre todo esta en todos nosotros dialogar desde el respeto y que nunca más vuelva a suceder algo tan espantoso como una guerra, recordar desde el punto de vista histórico y en su contexto y sea un aprendizaje y más en estos tiempos de populistas y discursos extremos, donde priman i saltos de uno y otro lado, donde nuestra clase política, toda no está a la altura de nuestro país que es de todos y no sobra nadie, pero el pueblo no está tampoco a la altura, pues prima el insulto a la palabra la amistad por encima de las ideas, yo tengo amigos de todas las ideas y credos y jamas pelear por política y menos pensar la idea de liarnos a tiros mejor abrazarnos y besarnos, no más violencia, ya esta bien.
ResponderEliminarPara nada es distinta la sangre derramada, mi abuelo fue fusilafo poros fascistas y todos tienen derecho ho a ser recordados y sobre todo esta en todos nosotros dialogar desde el respeto y que nunca más vuelva a suceder algo tan espantoso como una guerra, recordar desde el punto de vista histórico y en su contexto y sea un aprendizaje y más en estos tiempos de populistas y discursos extremos, donde priman i saltos de uno y otro lado, donde nuestra clase política, toda no está a la altura de nuestro país que es de todos y no sobra nadie, pero el pueblo no está tampoco a la altura, pues prima el insulto a la palabra la amistad por encima de las ideas, yo tengo amigos de todas las ideas y credos y jamas pelear por política y menos pensar la idea de liarnos a tiros mejor abrazarnos y besarnos, no más violencia, ya esta bien.
ResponderEliminarUna de tantas historias que no deben ser olvidadas. Un saludo desde México.
ResponderEliminarY por eso existe la ley de memoria histórica, para unos y otros, lo que ocurre es que los que ganaron no quieren esa Ley porque ayuda más a los que lucharon por la libertad
ResponderEliminarY por eso existe la ley de memoria histórica, para unos y otros, lo que ocurre es que los que ganaron no quieren esa Ley porque ayuda más a los que lucharon por la libertad
ResponderEliminarA mi tío Faustino Canal le condenaron a muerte en San Sebastián los de (llamados de derechas) por ser de un partido de (llamados de izquierdas)( no sé de quién sería la idea de llamarlos así) y un dìa le fusilaron sin avisar a la familia y cuando fue el hermano pequeño de él a llevarle algo de comida le dijeron : "No le traigáis más veces comida que no está".
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