domingo, 21 de mayo de 2017

Con complejos y a lo loco.






     Sí es cierto que os he hablado varias veces de estas cosas de estar gorda y tal, y me lo tomo con mucho humor, e intento no darle importancia….pero la tiene, y hoy, voy a abrirme a vosotros y contaros mi verdad.

     Siempre me ha gustado muchísimo arreglarme, maquillarme y ponerme mi pañuelo rockero en la cabeza, o dejarme el flequillo tapándome el ojo derecho, depende de como me levantase esa mañana. Daba igual el día de la semana que fuese, o que no saliese de casa, era lo que me gustaba, porque yo me gustaba. 

     Por varios motivos, comienzo a coger mucho peso, y os puedo asegurar, que en la mayor parte de ocasiones, no es sólo por comer como si no hubiese un mañana, sino que otros problemas de salud se esconden tras esos kilos que los que somos propensos a engordar cogemos. Conforme va pasando el tiempo y me encuentro más pesada, menos ganas tengo de hacer cosas, porque no quiero que la gente me mire, y se convierte en la pescadilla que se muerde la cola. Sí, a pesar de que siempre bromeo con mi gordura y mis cosas, es simplemente una armadura, una coraza para que no me dañen, porque hace mucho tiempo aprendí, que si tú eres la primera que te metes contigo misma, evitas que te hagan aún más daño.

     Se ha puesto muy de moda en estos últimos tiempos lo de la belleza interior, y está muy bien, pero es más bien algo que la mayor parte de gente, no toda, afortunadamente, lo dice con la boca pequeña, porque decidme, si tan importante es la belleza interior, ¿por qué cada vez hay más culto al cuerpo? ¿Cuidarse?, ¡por supuesto!, pero todo lo que se convierte en una obsesión, al final acaba por hacerte daño, o engorda tanto el ego de la otra persona, que acaba destrozándote a ti. Personas que te paran por la calle para preguntarte porque te has puesto tan gorda….o incluso algunos que te lo gritan cobardemente desde un coche. 

    Con todo lo que hoy escribo aquí, no pretendo deciros que estoy en posesión de la razón absoluta, ¡para nada!, pero es mi verdad, mi realidad, mi día a día, y mi calvario. Sí, calvario, porque aunque afortunadamente estoy rodeada de gente que me quiere, porque así me lo hacen sentir, también con una mirada dicen mucho, sin pretender hacer daño (otros no, atacan directamente), por eso intento esconderme tras mis gafas de sol, mi chandal, y mi humor ácido, prefiero autolesionarme emocionalmente, antes de que lo haga otro, ya que de mis heridas me recupero, pero de las causadas por otras personas, ajenas o no, se clavan como cuchillos en mi alma, puede sonar cursi, muy posible, y diréis que no tengo que hacer caso, también tendréis razón, pero lamer esas heridas, es mucho más doloroso.

     No sabéis las lágrimas que he llegado a derramar, y las que sigo derramando por este motivo. No se como explicar lo que siento para que me entendáis. Es una lucha interna agotadora. Es querer mostrar al mundo que no te importa lo que piensen o digan de ti, pero al final si importa, porque sufres, te vas encerrando cada vez más, y hay días en los que apenas tengo ganas de salir de casa, y si lo hago, voy siempre a los mismos sitios, a mi zona de confort, para no sentirme más frágil.

     Cada vez que piso la calle, a pesar de mi sonrisa, a pesar de que todos piensan que soy una mujer fuerte sin complejos….me da la impresión de ir sin ropa, me convierto en una persona que esconde sus miedos tras sus pasos firmes y seguros. Se que hay cosas peores, lo se, y me da mucha rabia sentirme así, pero es inevitable sentir dolor, soy humana y para nada perfecta.

     Todo esto es fruto de años y años de sufrir acoso en el colegio, miradas y comentarios despectivos en el instituto, y encontrarme con personas sin alma en algunos momentos de mi vida. Y sí, hay mucha gente a mi alrededor que me dice lo válida que soy, que no importa el físico, y así debe de ser, pero ¿no os ha pasado, que os pueden decir millones de cosas bonitas, que sólo una palabra con mala intención os hunde? Por eso cuido a la gente que me rodea, sean conocidos o no, porque una palabra puede hundir la vida de una persona, y no me lo perdonaría nunca. Me gusta mirar a los ojos de la gente, porque normalmente ellos cuentan la verdad.

     Pero seguiré siendo como soy, con más kilos o con menos, guste o no guste. Porque a pesar de mi desorden mental, a veces para bueno, a veces no, quien me quiera con mis kilos, me querrá sin ellos, y los que sólo me quieren sin kilos…¡pues que les den! porque entonces, queda claro que no me quieren. 

     Mañana será otro día lleno de oportunidades. Mañana, vuelve a salir el sol. 

     Esta es mi alma desnuda. Esta soy yo, ¡con complejos y a lo loco!

     ¡Feliz vida!


    

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