A lo largo del día, le he dado vueltas a la cabeza en varias cosas: que si política, que si bancos (que van cogidos de la mano), problemas, dolores….un sinfín de cosas, que sinceramente, sólo logran ponerme una mala leche increíble, y de repente, han venido varios recuerdos a mi mente, y me he dicho: pues nada, ¡a contarlos! que si no os doy el follón un ratito, pues como que me falta algo hoy. ¡A lo que voy, que al final me lío! el tema que hoy os voy a contar, son algunos de los “piropos”, que me han dicho a lo largo de mi vida….y sí, entre comillas está muy bien puesta la palabra.
Yo no es que sea fea, es que soy de belleza distraída, supongo que en otra vida, deje de estar en otras cosas y vuelva a mi, pero en esta, es lo que me ha tocado, y no es que sea tampoco un horco, soy simplemente una mujer normal, ni mas ni menos, pero si es cierto, que mis amigas, sobre todo una de ellas, como diría Forrest Gump, “mi muy mejor amiga”, Gemma, es un bellezón, y recuerdo que un día, hace ya mucho tiempo, llegó un chico, de cuyo nombre no quiero acordarme, y soltó la siguiente lindeza: ¿vas con ella para ir apartándole los moscones, no? a lo que yo le contesté: sí, justo eso, y se está rifando una hostia y llevas todas las papeletas….. Pues no te lo querrás creer, ¡pero lo entendió a la primera! así que me dije: Ana, lo tuyo es la simpatía y el hablar sin miedo. Y así sigo.
Después de unos años, cuando ya era mamá, iba con mi hijo en su silleta, paseando por las calles de mi pueblo, y de repente, me encuentro con una amiga de mi madre, de esas que cuando ven a un niño empiezan a chillar como si no hubiese un mañana, y de repente me dice la buena señora: ¡¡¡Aaaaaaayyyyyy (ponedle el tono correspondiente, que si no, pierde mucho) pero que niño más guapoooooooooo!!! No se parece a ti en nada. Imaginaos mi cara….pero no os perdáis la suya. Creo que en el momento que terminó de decir la frase, debió pensar que es lo que había soltado, a lo que yo, muy amablemente le contesté: Me pasa igual que a ti con los tuyos, pero gracias igualmente (espero que cogiese la indirecta), y seguí mi paseo como si no pasase nada, la verdad es que no se si ella seguirá allí porque se quedó de piedra...mañana pasaré a ver.
Un tiempo después, empecé a trabajar en un tanatorio, lugar tranquilo donde los haya….a veces…pero eso es otra historia, y mi jefa me envía a un comercio que había cerca a comprar unas cosas, y ese día, pues yo iba arregladita, como casi todos los días, ya que mi trabajo era mayormente en oficina, y bastantes malas caras se ven ahí ya, ¡como para que te vean a ti cara de muerta!…total, que voy al susodicho comercio y me dice la dependienta (a la cual quiero mucho, todo sea dicho de paso): Chica, que guapa vienes hoy….¿es que hay muerto? En ese momento, como siempre que me pasa algo así, respiro hondo, y con voz tranquila le digo: Si, es que ayer llamó el sacerdote a mi jefa, y le propuso que en lugar de repicar las campanas cuando alguien muere, que mejor me maquillase a mi y me soltase cual toro de San Fermín por la calle Mayor, y así pues ya voy avisando yo. Lo mejor, aparte de la cara del señor que había a mi lado en el comercio, fueron las carcajadas de mi jefa cuando se lo conté.
La verdad es que hay muchas más, y me encanta recordarlas, y contarlas. Sólo espero que haya podido sacar una sonrisa en alguno de vosotros, porque sinceramente, cuando me dicen: ¡lo que me río contigo! para mi, es el mejor piropo que hay, porque eso, no caduca nunca.
¡Feliz vida!
