jueves, 27 de junio de 2019

Carta a mi nieta Martina.






     Hace poco más de tres meses que me he estrenado como abuela, según tu bisabuela María soy la “abuela loca” pero eso no es nada nuevo, bueno, lo de abuela si lo es. 

     Ver tu carita por primera vez, fue una sensación indescriptible, solo comparable a ver a tu padre también por primera vez hace veintitres años. 

     En estos meses, he tenido la suerte de poder verte crecer, y lo que nos queda, de ver como cada día haces cositas nuevas...y tus primeras carcajadas, eso, ha sido maravilloso.

     No sé cómo seré como yaya, no me digas abuela que me hace sentirme más mayor, pero te prometo que sea como sea, te querré infinitamente, siempre, e intentaré darte los mejores consejos, con el permiso de tus padres, porque la experiencia dicen que es un grado, aunque luego pases de ellos, de los consejos, bueno, y de tus padres también lo harás, creo que casi todos hemos pasado esa fase, pero con el tiempo aprenderás que son imprescindibles en tu vida, incluso pasarás de mi, pero ahí estaré incansablemente como la yaya pesada que soy, para que nunca pierdas de vista el camino.

     No tengo grandes lujos que ofrecerte, pero si estaré ahí a cada paso que des en esta maravillosa locura que llamamos vida, para  reír contigo, oír tus primeras palabras, e incluso que llores en mi hombro cuando crezcas, porque ahora mismo en mi hombro solo te duermes y babeas,  pero cuando sientas que el mundo no te entiende, porque también llegarán esos momentos, ahí seguiré, porque querida mía, en eso de ser incomprendida, te aseguro que soy una experta, porque como te irás dando cuenta, no soy una abuela convencional. 

     Seas como seas, hagas lo que hagas, todo saldrá bien, y no todo será una fiesta, pero te enseñaré a saltar los obstáculos y tomarlo todo con el mayor sentido del humor y del amor, porque así hay que tomar esta vida. Te enseñaré a ser valiente, decidida, emprendedora, autosuficiente, aunque siempre la última decisión la tendrás tú. Pero todo lo irás aprendiendo a su debido tiempo. 

     Has venido a un mundo que se ha vuelto loco por momentos, pero tú has llegado a hacerlo mucho más bonito, de eso estoy segura, al menos mi mundo, el de tus padres, y el de todos los que estamos a tu alrededor. 

     Ver tu sonrisa cada día me da una fuerza impresionante, y ¿sabes por qué los abuelos disfrutamos más a los nietos que a los hijos? Porque no son una obligación, sino una devoción, lo que no quiere decir que el amor sea menor, en absoluto, es intensamente grande, pero los encargados de educarte son papá y mamá, los abuelos estamos para consentir, en su justa medida, eso si, que tampoco es cuestión de echar por tierra el trabajo de educarte, que para nada es fácil, se olvidaron ponernos un libro de instrucciones cuando venimos al mundo. 

     El próximo 26 de Julio, además de celebrar mi onomástica (es el día de Santa Ana y San Joaquin), también celebraré mi primer día de los abuelos, y eso, mi pequeña guerrera, te lo debo a ti, como tantas otras cosas.

     Recuerda siempre, querida Martina, que ya te quería antes de verte de forma incondicional, porque es la única forma en la que sé hacerlo, y así lo haré hasta mi ultimo día.

PD:  Hay algo que tus padres tienen muy claro, y es que conmigo crecerás a ritmo de rock’n’roll.

Feliz vida.